lunes, 7 de abril de 2014

EL BERLÍN NEGRO DE PHILIP KERR

Jesse Owens
James Cleveland "Jesse" Owens (Oakville, 12 de septiembre de 1913 - Tucson, 31 de marzo de 1980) fue un popular atleta estadounidense de origen afroamericano. Participó en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, donde consiguió fama internacional al lograr cuatro medallas de oro: 100 metros lisos, 200 metros lisos, salto de longitud y como participante del equipo ganador en la carrera de relevos 4x100 metros. Fue el atleta más exitoso de los juegos olímpicos del verano de 1936. En su nombre, fue instituido el premio Jesse Owens por la importancia de su carrera.
Owens nació en Oakville, Alabama (Estados Unidos), pero se trasladó a Cleveland, Ohio, cuando tenía nueve años. Era el séptimo de los once hijos de Henry y Emma Owens. Owens era el nieto de un esclavo y el hijo de un granjero. Recibió el sobrenombre de "Jesse" de un profesor de Cleveland, que no podía entender su acento cuando el joven Owens dijo que se llamaba "J.C." (en inglés, "J.C.", siglas de James Cleveland, tienen una fonética parecida a "Jesse").

Owens siempre atribuyó su exitosa carrera en el atletismo al estímulo de su entrenador durante sus estudios en el instituto Fairview Junior High, Charles Riley, que le introdujo al atletismo. Riley, junto a Harrison Dillard, un atleta de Cleveland, inspiraron al joven Owens. Como Owens trabajaba arreglando zapatos después de la escuela, Riley permitió a Jesse entrenar antes de las clases, en vez de en el horario habitual de los entrenamientos.


Owens empezó a destacar a nivel nacional en 1933 cuando, como estudiante del instituto East Technical High School de Cleveland, rompe el récord mundial de salto de longitud para estudiantes de instituto, con una marca de 7,55 metros e iguala el récord mundial en 100 metros lisos con una marca de 10,4 segundos.
En 1936, Owens viaja a Berlín, Alemania, para participar con el equipo de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos. Adolf Hitler estaba utilizando estos juegos para mostrar al mundo una renaciente Alemania nazi. Hitler y otros miembros del gobierno tienen grandes esperanzas en que los atletas alemanes dominen los juegos con sus victorias.

Owens causa una gran sorpresa al ganar cuatro medallas de oro: el 3 de agosto en los 100 metros lisos derrotando a Ralph Metcalfe; el 4 de agosto en salto de longitud, después de unos amables y útiles consejos de su rival alemán Luz Long; el 5 de agosto en 200 metros lisos; finalmente, junto al equipo de relevos 4x100 metros consigue su cuarta medalla el 9 de agosto. Esta marca de cuatro medallas de oro en el atletismo, en una justa olímpica, no fue igualada hasta 1984 por Carl Lewis.1

El primer día, Hitler sólo estrecho la mano en las victorias de Alemania, y hay quien afirma que se negó a dar la mano a Cornelius Johnson, que era afroamericano, aunque según el portavoz de Hitler, este salió del estadio antes de lo previsto. Los directivos del comité Olímpico insisten a Hitler en que estreche la mano a todos los medallistas o a ninguno. Hitler opta por la segunda opción y no está en las siguientes presentaciones de medallas. [1] [2]

Owens, en su autobiografía (The Jesse Owens Story, 1970), cuenta como posteriormente Hitler le saludó de todas maneras:

Cuando pasé, el Canciller se levantó, me saludó con la mano y yo le devolví la señal. Pienso que los reporteros tuvieron mal gusto al criticar al hombre del momento en Alemania.
Owens fue aclamado por 110.000 personas en el Estadio Olímpico de Berlín y más tarde, muchos berlineses le pedían autógrafos cuando le veían por la calle. Durante su estancia en Alemania, estaba excluido de la ciudadanía bajo la Ley de Ciudadanía del Reich del 15 de septiembre de 1935. Sin embargo, a Owens se le permitió viajar y hospedarse en los mismos hoteles que los blancos, lo cual en ese momento no dejaba de ser una ironía, ya que los afroamericanos en los EEUU no tenían igualdad de derechos.

Después de un parada de la bolsa de Nueva York en su honor, Owens vuelve a su trabajo de botones en el hotel Waldorf-Astoria.[cita requerida] Más tarde contaría:

Cuando volví a mi país natal, después de todas las historias sobre Hitler, no pude viajar en la parte delantera del autobús. Volví a la puerta de atrás. No podía vivir donde quería. No fui invitado a estrechar la mano de Hitler, pero tampoco fui invitado a la Casa Blanca a dar la mano al Presidente.

El entonces presidente de los Estados Unidos de América, Franklin Delano Roosevelt, rehusó recibir a Owens en la Casa Blanca. Roosevelt se encontraba en campaña de re-elección y temía las reacciones de los estados del Sur (notoriamente segregacionistas) en caso de rendirle honores a Owens. Este comentó más tarde que fue Roosevelt quien lo trató con brusquedad.

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