lunes, 14 de octubre de 2013

EL FIN DEL MUNDO COMUNISTA

Fue una importante ciudad hanseática en la Edad Media.
Los primeros asentamientos se asocian con la cultura Wielbark; En el 980, una fortaleza fue construida probablemente por Mieszko I de Polonia, conectado el estado polaco gobernado por la dinastía Piast con las rutas comerciales del mar Báltico. El primer registro escrito de esta fortaleza es relatada en el libro la vita de Adalberto de Magdeburgo, escrita en el año 999, la cual describe los acontecimientos de 997. Esta fecha en general es considerada como la fundación de Gdansk en Polonia.
En 1923, el 85% de su población era de nacionalidad alemana; los polacos eran aproximadamente 15 % de la población sin embargo, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, las tropas soviéticas destrozaron la ciudad (en un 90%) y expulsaron unos 120 mil habitantes alemanes. Se repobló entonces la ciudad con polacos, principalmente de las regiones del este del país que habían sido anexionadas, a su vez, por la Unión Soviética. Todos los nombres alemanes de calles, edificios, distritos, se cambiaron a nombres polacos, como por ejemplo Langemarkt por Długi Targ, la principal calle peatonal del centro.
Su casco antiguo fue reconstruido por los nuevos pobladores durante los años posteriores a la guerra. Alemanes, polacos, flamencos, hebreos, escoceses y holandeses dejaron su huella arquitectónica, que se refleja significativamente en el casco antiguo.
Gdańsk (en polaco: Gdańsk, pronunciado Acerca de este sonido ['ɡdaɲsk] (?·i); en casubio: Gduńsk; en alemán: Danzig, pronunciado Acerca de este sonido [dantsɪç] (?·i)) es la sexta mayor ciudad de Polonia y la mayor ciudad portuaria de este país. Entre 1975 y 1998 fue capital del desaparecido Voivodato de Gdansk y, desde 1998, es la capital del voivodato de Pomerania. En esta ciudad se encuentra el famoso astillero donde se fundó el sindicato Solidaridad.
Gdansk, junto con las ciudades vecinas de Gdynia y Sopot, constituyen un área metropolitana llamada en polaco Trójmiasto ("Triciudad" o "Triple Ciudad").
Su nombre alemán es Danzig, nombre que fue oficial bajo el dominio de la Orden Teutónica (1308-1454) y en la época contemporánea entre 1793 y 1945. Tras la expulsión del ejército alemán de la ciudad durante la II Guerra Mundial, la ciudad pasó a estar bajo la administración del Ejército Rojo en un primer momento y, más tarde, fue integrada a la República Popular de Polonia, a la que perteneció hasta la caída del telón de acero en los años 90, cuando este Estado cambió su nombre por el de Polonia, a la cual pertenece actualmente.

La Historia es caprichosa. A veces se convierten en acontecimientos pequeños gestos que nadie sospecharía que pudiesen trascender. El electricista Lech Walesa lideró un sindicato que terminó tirando una de las primeras piezas del dominó del sistema comunista. Como Walesa, las mujeres de la fábrica textil Triangle Shirtwaist de Nueva York reclamaban mejoras en sus condiciones labores. No las escucharon. El 25 de marzo de 1911, un incendio acabó con la vida de 146 de esas trabajadoras por la sangrante falta de medidas de seguridad. Puertas cerradas a cal y canto que fueron tumbas. La tragedia motivó drásticos cambios en las normas de trabajo y que la ONU eligiera marzo para celebrar el Día Internacional de la Mujer. Las últimas tragedias en talleres textiles de Bangladesh, como el derrumbe ocurrido en Dacca en abril de 2013, en el que murieron más de 400 personas, recuerdan que esas injusticias se siguen repitiendo tanto tiempo después.
Sólo siete años después de que Rosa Parks se negara a ceder su sitio en el autobús a un blanco, James Meredith (1933) ingresaba en la Universidad de Mississippí. Corría el año 1962 y Meredith era el primer negro que estudiada en esas aulas. Después de servir en las Fuerzas Aéreas, solicitó comenzar sus estudios en este centro superior, conocido como Ole Miss, petición que le fue denegada en dos ocasiones. Llevó el caso a los tribunales, pero sólo una instancia superior dio luz verde a sus deseos, que el entonces fiscal general, Robert Kennedy, convirtió en una cuestión personal. El 1 de octubre de 1962 Meredith se matriculaba, acompañado de un grupo de alguaciles para protegerle. La hazaña llegó justo después de que hubiera en el campus graves disturbios (con dos muertos) en contra de su ingreso, promovidos sobre todo por el gobernador el estado, Ross Barnett. Éste había prometido que haría todo lo que estuviese en su mano para impedir la integración de razas en sus escuelas.
El Tercer Reich era incompatible con un héroe negro en plenos Juegos Olímpicos de Berlín. En su país de origen, EEUU, el atleta Jesse Owens (1913-1980) no tenía reconocidos los derechos fundamentales, pero es que en Alemania a una persona de su raza no se le consideraba siquiera un ciudadano. La supremacía blanca no casaba con cuatro medallas de oro (100 metros lisos, relevos de 4x100 metros, 200 metros lisos y salto de longitud), un récord que sólo pudo emular Carl Lewis en Los Ángeles en 1984. Hitler no lo soportaba y no aplaudía sus éxitos desde la tribuna. Advirtieron al Fürher de que debería celebrar los logros de todos. Las crónicas dicen que abandonó el estadio para no tener que estrechar su mano. Owens restaba importancia a la anécdota porque, aseguraba, cuando volvió a casa debía seguir viajando en la parte trasera del autobús y tampoco el presidente de EEUU, Franklin Delano Roosevelt, le invitó a la Casa Blanca para celebrar su hito. Es más, era de dominio público que se negó a hacerlo.
Cuando, en los comienzos del siglo XX, hubo mujeres que alzaron la voz y quisieron elegir en las urnas a sus gobernantes, se publicaron multitud de caricaturas que las pintaban como ogros que querían amedrentar a sus hombres. Desalmadas que no se preocupaban ni de sus hijos ni de su verdadera función en la vida: cuidar de sus maridos. Los primeros pasos de las sufragistas se dieron sobre todo en EEUU y Reino Unido, entre las clases más acomodadas y, por tanto, mejor formadas, y fueron muy tímidos. Pretendían convertirse en electoras de buenos modos, a semejanza de la educación que habían recibido. La estrategia no daba fruto y surgieron las voces que reclamaron (y pusieron en marcha) la radicalización del movimiento: además de la propaganda, los carteles y las manifestaciones, optaron por los sabotajes, las huelgas de hambre y hasta las agresiones a políticos. Nueva Zelanda había reconocido el derecho al voto ya a finales del siglo XIX, Reino Unido en 1918 para las mayores de 30 años y EEUU en 1920. En España el sufragio universal se permitió en 1931, durante el gobierno de la Segunda República, un paso al que incluso algunas políticas se negaban por miedo a la influencia que podría tener la Iglesia. Para su consecución fue clave la labor de la diputada Clara Campoamor.
Lech Wałęsa' Acerca de este sonido ['lɛx va'wɛ̃ŋsa] (?·i) (* Popowo, Polonia, 29 de septiembre de 1943 - ) es un político polaco, antiguo sindicalista y activista de los derechos humanos. Fue cofundador de Solidaridad (Solidarność), el primer sindicato libre en el imperio soviético, ganó el Premio Nobel de la Paz en 1983,1 y fue Presidente de Polonia de 1990 a 1995 (siendo sucedido por Aleksander Kwaśniewski).
Lech Wałęsa nació el 29 de septiembre de 1943 en Popowo, Polonia, hijo de un carpintero. Estudió primaria y formación profesional antes de entrar en el Astillero Lenin, en Gdańsk, como técnico electricista en 1967. En 1969 se casó con Danuta Gołoś, y la pareja tuvo ocho hijos.
Fue miembro del comité ilegal de huelga en el astillero de Gdańsk en 1970. Tras el sangriento final de la huelga, en la que resultaron muertos alrededor de 80 trabajadores por la policía antidisturbios, Wałęsa fue detenido y condenado por "comportamiento antisocial", pasando un año en prisión.
Hay razones muy fuertes para creer que Wałęsa colaboró con el sistema con los servicios secretos comunistas polacos en los años setenta, antes de pasar a la oposición, según el libro editado por el IMPN (Instituto de Memoria Nacional Polaca- Instytut Pamięci Narodowej o IPN), en 2008. Pero debe tenerse en cuenta que, a causa de razones político partidarias, se han hecho muchas acusaciones a gran parte de los políticos de Polonia. Por lo que esta acusación no es tomada seriamente por la opinión pública.
En 1976 Wałęsa perdió su trabajo en el astillero de Gdańsk por recoger firmas para la petición de construir un monumento en memoria de los trabajadores asesinados. Debido a su inclusión en una lista negra informal, no pudo encontrar otro trabajo y fue mantenido, por un tiempo, por amigos personales muy cercanos.
En 1978 junto a Andrzej Gwiazda y Aleksander Hall, organizó el movimiento clandestino Sindicato libre de Pomerania (Wolne Związki Zawodowe Wybrzeża). Fue detenido varias veces en 1979 por desarrollar una organización "anti-estado", pero no fue declarado culpable en el jucio y fue liberado a principios de 1980, tras lo cual volvió al astillero de Gdańsk
Sindicato solidaridad:
        1º SOLIDARIDAD quiere ser un sindicato Católico, en recuerdo también del sindicato católico SOLIDARNOSC, al que le correspondió el papel histórico de enfrentarse al comunismo. El comunismo vuelve, disfrazado, con piel de cordero, pero con las mismas ideas totalitarias de siempre. Una organización de dirigentes que quieren vivir mejor que los demás, con el pretexto de buscar y proteger el bienestar de los demás, pero ocasionan miseria, dolor, odio, enfrentamiento, ruína económica, matanza de inocentes (aborto), etc.... Siempre utilizan consignas que aparentan cosas buenas: Nosotras parimos, nosotras decidimos. Que pague más quien más tiene. Un larguísimo etc. que iremos desgranando en el futuro.
          Los trabajadores podemos vivir mejor. Debemos vivir mejor, cuando estemos en un mundo menos injusto, así será. Tenemos que trabajar para conseguir un mundo menos injusto, pero tenemos que estar vigilantes para conseguirlo.
          Para nosotros la libertad es fundamental, es imprescindible. Tenemos que ayudarnos todos. Queremos ayudar a todos, y por supuesto también a los que no piensan como nosotros. Pero queremos expresar de una manera clara nuestras ideas y aportar nuestro granito de arena, nuevo, distinto, al mundo sindical actual. Defendemos un mundo sindical en el que participen, trabajadores y empresarios y autónomos por igual. Los sindicatos de clase son el presente y el pasado. Hay que entrar en el futuro, y hacerlo presente.
         2º El título TRABAJADOR, es un título muy importante, y necesita ser protegido.
          También queremos alertar a los jóvenes. Que estudien la Historia, TODA, sin prejuicios, y que sepan que con sus actos o sus omisiones, pueden propiciar una vuelta al pasado, aún sin pretenderlo.
  También es necesario porque hay muchos trabajadores que no son de izquierdas y se les incluye en la izquierda, cuando dicen "los sindicatos", en vez de ser más precisos en el lenguaje, y decir "los sindicatos de izquierdas". O sea, es imprescindible que haya sindicatos que no sean de izquierdas como este sindicato que estamos impulsando. No es un sindicato de "clase".
          Los trabajadores autónomos, están poco o nada organizados. Los sindicatos de "izquierdas" no les representan.
          También hay muchos trabajadores cristianos, que tienen que soportar, que cuenten con ellos como si fueran de izquierdas, y no lo son. Y son tan trabajadores como los demás. La antigua lucha de clases (que es lo que representa la izquierda española) quiere engullir millones de trabajadores que no son de izquierdas, y los cuentan como si fueran de izquierdas. Esto se tiene que acabar. Los trabajadores pueden ser lo que quieran, de izquierdas, de derechas, apolíticos, cristianos, católicos, ateos, lo que ellos quieran. Nosotros trabajaremos por mejorar el nivel de vida de todos, incluso los que no pertenezcan a este ú otros sindicatos que no sean de izquierdas.
           Sr. Rubalcaba, señores y "señoritos" (nunca mejor dicho) del PSOE e IU: hay trabajadores que no se sienten representados por ustedes. No los incluyan en las personas que les apoyan a ustedes. Ustedes son los que son, ni uno más, ni uno menos. Nosotros somos los que somos, ni uno más ni uno menos.
           Este sindicato representará a los que no están de acuerdo con ustedes. Ustedes tienen que abandonar (si pueden) el sentido totalitario. Pero no vean en nosotros un enemigo, muy al contrario, un sentido autocrítico para vosotros y para nosotros, nos llevará a la satisfacción del deber cumplido, que no es otro que el de ayudar a los demás, sin esperar nada a cambio.
            3º  Otro problema que queremos corregir, es la errónea interpretación (bajo nuestro punto de vista, por supuesto) que se ha estado haciendo sobre el evangelio. Por ejemplo por parte de sacerdotes, que sin tener experiencias laborales, ni por parte del trabajador, ni por parte del empresario, han propuesto soluciones erróneas. Uno de los ejemplos, la llamada "Teología de la LIberación", que le ha venido muy bien a la izquierda, para apoyar sus equivocadas tesis. Recordamos a Carrillo cuando decía que Jesucristo fué le primer comunista. Nada más lejos de la realidad. ¿Dios el primer ateo?.
             Nosotros creemos las palabras de Jesús, cuando dijo: es más difícil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos. Nosotros lo creemos. Un rico, tiene que utilizar esos bienes que Dios ha puesto en sus manos, para ayudar a los que lo necesitan. Y no pararemos de recordárselo. El comunismo, ahora llamado socialismo incluso socialdemocracia, consiste en arrebatar gran parte de los bienes a una parte de los ricos (que no a todos), y que sea el Estado el que se convierte en amo y señor de esos bienes, y que los distribuye a su antojo, con el pretexto de "ayudar a los trabajadores". El resultado es el que todos conocemos. Con los medios actuales, se ha ido descubriendo parte del pastel. Y eso es sólo la punta del Iceberg.
             Obviamente, el socialismo otorga a sus dirigentes, la potestad del reparto de los bienes. No olvidemos el refrán español de que el que parte y reparte, se queda con la mejor parte.
              Los que propugnan el socialismo, o son dirigentes, o aspiran a serlo, o son gente buena, sencilla, pero que ignoran que están contribuyendo a su propia desdicha.

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